lunes, 23 de julio de 2007

Tu recuerdo bello como un hada...



Tu recuerdo sigue aquí como ese hada... iluminando mi camino, otorgandome la vida, susurrandome palabras para ensancharme el alma, para curar la herida.
Aunque un día, abandoné la dicha y la esperanza, cuando supe que no serias más de mi, improvisé una vida alejada de los bellos cimientos que intentaba construir junto a ti.
Perdido en la desdicha y el llanto sembré tristeza en mi corazón, alejado del murmullo y del incontrolable latido de tu corazón.
Si algo tenia que morir aquel día fue mi corazón, pero no lo hizo, simplemente resistió.
Y fue el saber que tus labios aún acercaban tu alma a la mía, aún las dos al unísono latían.
Sentir... sentir como te siento aún aquí, no es digno del odio y del rencor, es por ello que sé, que te sigo profesando amor. Pero no del que das intentando recibir, es del que regalas sin pararte a esperar, porque sabes que amor más grande no se te puede otorgar.
Si tu destino y el mio están condenados a encontrarse, que no te quepa duda que de ti volveré a formar parte.
Extraño es todo lo que me rodea, saber que por más que te hable no puedes escucharme, entregarte a un futuro lleno de espinas hasta que te desangres no es lo que había planeado, no es para lo que quería conservarte.
Voy tras tus pasos, mirando las gotas de sangre que desprenden tus ojos... que ahogan tu llanto.
La misma sangre que llegó a conjurarme como tuyo, la misma que forjó aquel juramento nocturno.
Y es que este mundo se empeñó en alejarte, en privarte de la esencia del amor incontrolable; del que sientes cuando siento, que te pienso sin mirarte que te toco sin rozarte, que te beso sin hablarte.
Y aunque cielo y tierra se interpongan lucharé por encontrarte, por mirarte bella niña, por desnudarte cada noche y hasta el alba deshojarte.
Que son tus pupilas el secreto que perdura en mi mente, donde te guardo con recelo, donde nunca mueres, donde pervives con recuerdos e ilusiones, de donde nada ni nadie podrá borrarte.
Volveré amarte, como no lo hizo nadie, como no lo hará el tiempo, como no perdurará en ningun recuerdo, solo como mi alma sabe, solo como me enseñaste hacerlo.
Mira la luna y duerme, que te guardo dentro, que te llevo en mente, que alimento lo que no murió, lo que te espera al frente, lo que cada noche te recordaré por siempre. Que te amo aún ausente... más allá de la misma muerte.

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