martes, 17 de julio de 2007

Alza la mirada niña...



¡Ahora! ¡Corre! Asómate a la ventana niña y mira esa estrella que bonita luz desprende, mírala fijamente, mi corazón va en ella, va de estrella en estrella buscando tu esencia, clamando tu nombre hasta que te encuentre.
Solitario pero lleno de ilusión vagaré la eternidad entera si hace falta, en busca de mi amor... Shhh... No llores, que afeas tu mirada, guarda tus lágrimas para cuando deban correr por mis mejillas, cuando vayan a parar a mis labios, si bebo tan salado don es que he reencontrado mi corazón. Alza la mirada niña, álzala que me pierda en ese azabache tan puro, álzala que me columpie de tus rizos, que me enrede en tu cuello, álzala porque ya no vas a sufrir más.
Mi cielo ahora vive en tus mejillas, mis estrellas son ahora tus pequitas... Shhh... No llores vida que me espantas la alegría, no llores ángel que me muero en agonía.
Coge mi mano y echemos a andar, en la barandilla de este barco pasaremos la eternidad. Atardecer tras atardecer pasaré a tu lado, hasta que el viento arrugue nuestros rostros, hasta que el sol se apague ante nosotros.
No digas nada vida, no habrás los labios si no es para unirlos a los mios, que el pecado fue perderte, que el castigo seria no volver a verte.

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