sábado, 28 de julio de 2007

Desde el corazón...aunque ya no pienses en mi... esta llama sigue aquí.


Noche oscura, más oscura sin ella, nubes errantes que nubláis los ojos de este corazón.
Hacedlo insensible, duro como la roca, que no vuelva a amar, que no lo merezca nadie más.
Hazlo altivo y solitario, suyo y de nadie por siempre jamás, ante seda y fuego...da igual...

Ya no me quieres, es cierto, pero quizás lo hiciste o quizás lo harás, todo depende de tu
corazón... Ese que guardo aquí... el que mueres por no tener, el que te hace preguntarte qué
será de ti.

Qué solitario está todo, que callado está mi corazón, cuanto silencio se acumula hoy en el
alma, por qué me duele tanto, si se que ya no puedo guardarla.
Qué distante queda ya ese esbozo de felicidad, se desdibuja todo aquello que imaginamos
juntos de la mano sin más palabras que nuestro mirar.

Regalándote a sus besos seguro que hoy estas, aunque busques entre anhelos aquellos
inocentes que nunca encontrarás. Ahora están aquí sellados, jamás nunca los volveré a dar,
ya no tiene sentido si no estoy con la mitad que estaba destinado a encontrar.

Esto sigue oscuro, no encuentro aquel haz con el que me solías alumbrar, no se si es que tu
también te apagaste o es que quedé ciego de tanto amar.
Si así fuera no me importa, se que aún privado de la vista te podría dibujar, porque fui el
dueño de tu trazo, aprendí cada línea de tu cuerpo sin cansarme de besar.

Puede que sea casualidad, pero se que ahora miras la luna y no dejas de pensar, en el
recuerdo tan bello que dejamos escapar. Fíjate bien, porque todos esos puntos luminosos
podrían haberse convertido en fuegos que encender, ardiendo fruto de la pasión que como en
julio, cada noche prenderían frente a tu dulce piel.
Pero ya ni fuerza ni esperanza albergo dentro de mi ser porque se que te he perdido, al
menos de la forma en que te quería tener.
No me des más esperanzas porque afloran en mi piel y el deseo de tenerte es más fuerte cada
vez.

Te juro que no sería capaz de imaginar que locura haría si de ello dependiera el
volverte a encontrar, quizás un pacto con satanás, quién sabe... Si lo nuestra era pecado
por qué no pecar una vez más.

Que iluso pensar que a tu lado de cualquier manera podría quedar, no me deja el alma si no
es obligándome amar, aunque tu ya no tengas para ver cuanto amor te guardo en realidad.
Y decirte diría tantas cosas enmascaradas por la amistad, que tu alma entre lineas leería lo
que siento en realidad.

Vale... que se donde está mi sitio y alejada de quien tengo que
estar... ofreciéndole al menos un gramo de amistad... Es cambiar cielo por infierno, oro por
latón, es morir agonizando porque cada una de sus palabras enciende de nuevo la llama en mi
corazón.

Sé que llegará apagarse en ti, si es que no lo ha echo ya. Se que todo cuanto era
ahogado quedará... Por el conformismo, la tozudez o la más absoluta necedad.
Pero pese a todo sé que el dolor más grande seria no volver a saber... si mi alma, a la que
amo se encuentra mal o bien. Y es esa razón, la de morir amando sin pedir perdón, la que me
lleva a dejarte vivir alejada de mi amor. Porque se que podrás vivir sin mi, entregada a un
nuevo ser, que te de todo lo que yo jamás te podría otorgar, algo más que amor.

Es cierto... que difícil es verte partir, fijar mis ojos desgarrados en un adiós sin fin.
Veo como partes, ahí delante de mi... esta llama que sentía... se apaga... sin remedio se
apaga sin ti.
Que honda pena guardo, que sentimiento tan cruel, verte ahí delante y no poder hacerte
volver. ¡Ay! Cielo mio, razón de mi existir, te alejas de la mano de otro corazón y siento tu
alma como llora, como se parte en dos.

Y yo solo sirvo para caer de rodillas, cabeza gacha inundando mis ojos sin vida... porque tu
se la dabas, tu hacías que tuviera la mirada enamorada.
No se si volverás, se que mi corazón no se rinde, pese a este negro tinte que lo baña, no se
rinde! No se rinde porque se que me amas, y que olvidar te es imposible... en tu silencio...
estás muriendo de tanto amar.
Adiós, bello ángel, no podrás verme como antes porque ahora solo quieres guardar mi amistad,
pero te juró que tras tus pasos y en tu espalda, te protegeré sin vacilar, para darte
aliento cuando ya no puedas más. Porque si no es en esta vida seguro que habrá muchas más,
donde te profesaré amor eterno, donde no te dejaré escapar. Donde pase lo que pase te
entregaré, cada día y en cada beso esa ansiada eternidad, la que distingue nuestros
destinos, a la que no podemos escapar. A la que tu y yo pertenecemos, libres para amar ^^ oh vida, pekeña necesidad.

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